21 ¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes. Y aunque
puedas hacerte libre, aprovecha más bien tu condición de esclavo.
22 Pues el que recibió la llamada del Señor siendo esclavo, es un
liberto del Señor; igualmente, el que era libre cuando recibió la llamada, es
un esclavo de Cristo.
23 ¡Habéis sido bien comprados! No os hagáis esclavos de los
hombres.